domingo, 14 de septiembre de 2014

SMILING WOODSTOCK: UNIENDO LAS MOLÉCULAS CON LA LUZ

Hace sólo unas horas que cesó la música, que finalizó posiblemente el evento musical del año en nuestra provincia, al menos en cuanto a rock se refiere. Lo han llamado Smiling Woodstock, y no ha sido exagerar.
 




No quisiera alargarme, pero sí me gustaría destacar tres puntos:
 
Música eterna:

Tuve un profesor que decía que los dos mil últimos años de filosofía sólo eran comentarios y anotaciones en el margen de la obra de Platón. Algo así es Woodstock para el Rock; todo lo que se hace hoy es heredero de aquellos grupos (y los que en el último momento decidieron no ir como Beatles, Rollings, Doors, Dylan, Led Zeppelin).

Ayer, en nuestra Jerez de Flamenco y bandas de música cofrade se escuchó otro tipo de música, que ya es intemporal, que ya ha atravesado la barrera del tiempo, como Paco de Lucia, Camarón o lo jerezanos Paquera y Terremoto en el flamenco,  mucha casi descatalogada por las radios, desprestigiada  hoy en muchos casos por lo mismo que la imitan sin autenticidad, en muchos casos sin saber del oficio y sin vocación, a los que solo se les han pegado las poses de poster y el divismo.

Así planteado ¿Qué sentido un concierto de versiones de los 60 hoy día? ¿Para nostálgicos carrozas de aquella época? ¿Para los de mediana edad que llegamos tarde a esa música? ¿Para una juventud que prefiere volver a lo original que a los hits de 3 minutos de las radio fórmulas?
 
 
 
Lleno hasta la bandera;el valor y el precio.

Suelo decirle a mi esposa que para un español de bien la palabra más bonita de nuestro diccionario es gratis. Por algo gratis hacemos colas (o lo que sea, hasta comprar otra cosa)para obtener algo que nunca compraríamos, que no nos llamaría en absoluto la atención si nos lo venden a un céntimo. Lo gratis ejerce un influjo irresistible en nosotros, como la música del flautista de Hamelin. Sin embargo no solemos detenernos a pensar, ¿Cuánto cuesta lo gratis? ¿Quién lo paga?

En esta ocasión creo que lo han pagado Los Smilings. Estoy seguro que si cualquiera de nosotros se detiene a calcular el número de horas que han tenido que ensayar y preparar este espectáculo cada uno de los 6 componentes del grupo y cuatro invitados (llevan por lo menos dos meses a piñón en un local de ensayo) y les da un precio justo a esas horas (ahora se dice monetarizar), el resultado es mucho más de lo que han cobrado del Ayuntamiento, y por supuesto hay que tener en cuenta que detrás hay muchos otros gastos y mucha más gente trabajando. Ayer andaban esperando que las consumiciones  (creo que les concedieron a Matajare el bar, a modo de compensación) merecieran la pena.

Gracias y enhorabuena.

Por todo ello, no me queda otra que dar la enhorabuena y las gracias a los Smilings: Gracias por tener esta locura de idea y mantenerla en un Jerez desmovilizado y soso, también en lo cultural. Gracias por pensar primero en la música y después en el dinero; gracias por hacernos sentir lo que no llegamos a vivir en su día y, sobretodo, gracias por vuestra generosidad musical; estoy seguro que podríais haber realizado un concierto de gran nivel con vuestros recursos, pero habéis optado por enriquecer el espectáculo con músicos de esos que no llenan pabellones con su nombre en el cartel pero con un nivel técnico de primera línea.

Enhorabuena sobretodo a ese chaval que se hizo un día una batería con varios tambores de detergente y se encerró en su cuarto a practicar, y que ayer disfrutó y nos hizo disfrutar a miles de personas, por continuar con su locura pacífica, constructiva y ahora perruna.

Como ha dicho en varias ocasiones Carlos Santana la buena música no sólo debe aspirar a distraer, él con su música pretende unir las moléculas con la luz, lo material con lo espiritual.

Ayer los Smilings que llevan todo el verano en la carretera fajándose en festivales y pequeños conciertos, subieron un nivel. Como decía el último de la fila por momentos,  de sus guitarras ayer surgieron "notas de fuego; los acordes de cristal, hacia la eternidad", es más, delante de mil y pico espectadores unieron las moléculas con la luz. Yo les vi y les escuché hacerlo.

 


No se me da bien hacer de cronista, creo que la mejor crónica es la música, espero por tanto que haya pronto vídeos en YouTube, que hagan disco con este espectáculo o que me pasen una maqueta o como se llame. Sólo decir que el concierto tuvo varios bloques, en los que los Smilings Bulldogs tocaron solos o con invitados, y un breve relato para quien no pudiera estar allí. De antemano os prevengo de mi mala memoria, faltan temas, hasta puede que sobre uno, y los de grupos de una sola canción los he unido porque no los pongo en orden correctamente.
 
Comenzaron solos tocando varios temas, creo que 4, de Credence Clearwater Revival (creo recordar que Suzie Q y una imponente Fortunate son), que sonaron muy bien.
 
Sin embargo, fue en los temas de Carlos Santana, (Jingo, Evil Ways y sobre todo Soul sacrifice) donde pusieron al público en pie. También un imponente Black Magic Woman, que si no me equivoco no estaba en la época de Woodstock en el repertorio santanero. Además de Jorge Gómez, guitarra invitado que disfrutó de lo lindo y nos hizo disfrutar, mostrando un completo respeto y dominio del estilo de la guitarra del maestro mejicano, en este bloque destacaron el teclado y las percusiones. Sinceramente, como admirador de Santana, pensé que habían puesto lo mejor al principio y que ya podían irse a casa, porque mejor no lo iban a hacer.
 
En el siguiente bloque se incorporó con su guitarra Lance Quinn, que se mantuvo casi todo el tiempo ya en el escenario. Al parecer este veterano guitarrista grabó con el  mismísimo Jimmi Hendrix, y hay un tal Lance Quinn en los créditos del primer disco de Bon Jovi...
 
De Canned Head creo que on the road again

De the band tocaron The weight,  todo un himno de aquella generación.
 
De Joe Cocker, que le viene como anillo al dedo al vocalista de los Smilings, interpretaron unas potentes  Feelin' Alright y With a Little Help from My Friends
 
De the who, My generation
 
 
El cuarto bloque lo constituyó el formado por las canciones de Janis Joplin. Para interpretarlas contaron con Merche Corisco. Por segunda vez, el público entregado a la potente voz de Merche en  canciones como Bobby McGee y Piece of My Heart

Finalmente, En el bloque de Jimi Hendrix, subió al escenario Nacho Salmerón, que se salió totalmente con sus interpretaciones si no recuerdo mal de Foxy Lady, Voodoo Child y  Purple Haze. (No sé si me dejo algún otro tema, desde me luego me extrañó que no tocaran Hay Joe ni el riff con el himno de Usa,icóno del rock) Por tercera vez, el público entregado con el nivel de la interpretación y con el virtuosismo del solista, que lo bordó.
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Como fin de fiesta un tema de  Sly & the Family Stone con todos los invitados y punteos de los cuatro guitarras.



 

2 comentarios:

  1. Hay que aplaudir a los Smiling por poner en marcha esta iniciativa, donde se ha ofrecido algo distinto al flamenco y el heavy oxidado, que es casi lo único que se ofrece en Jerez. Eso sí, personalmente opino que el concierto fue musicalmente muy normalito, salvando la brutal sección rítmica del grupo. La organización un desastre. Una falta de respeto a los músicos que metieran al final la música de relleno, sin dejarles despedirse como dios manda y que hubiera que esperar colas habiendo dentro tanto espacio.

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  2. A mí me encantó, ya se sabe, lo de los colores y todo eso. Aprovecho para decir, que se me olvidó antes, que también tuvieron la generosidad de no incluir sus temas ni en los bises. Hubo cosas mejorables, en acústica, algún pequeño desajuste en la banda, la primera mitad me sonó mejor que la segunda... pero en global, y teniendo en cuenta que cuando voy a conciertos de grupos mucho más consagrados llevan muchos conciertos de gira y estas cosas pasan... para mí por contenido y por ejecución, conciertazo.

    Organización, creo que no hubo. El espacio es municipal y creo que pasaron del tema. La gente que llegó primero cogió unas sillas que había por allí y ocupó (ocupamos) un espacio necesario. La responsabilidad del que gestiona aquello, que debió organizar el tema, y no el grupo.

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