domingo, 7 de septiembre de 2014

LA QUE SE AVECINA.



Perdón por el offtopic, pero esto me parece de lo más importante para nuestra salud; según el País, http://sociedad.elpais.com/sociedad/2013/12/02/actualidad/1386015772_167699.html



Los productos homeopáticos contarán en breve con el permiso definitivo del Ministerio de Sanidad. El departamento que dirige Ana Mato está preparando una orden ministerial que otorgaría ese visto bueno final a miles de fármacos que ya se venden en las farmacias gracias a una disposición que se pensó como transitoria —a la que se acogieron 19.000 productos— pero que dura ya casi dos décadas. Para obtener el permiso, estos productos, según fija el borrador del proyecto, tendrán que cumplir requisitos similares a los de los medicamentos de uso humano fabricados industrialmente: los laboratorios tendrán que presentar un informe sobre su calidad, seguridad y eficacia; aunque en el caso de estos medicamentos esta se valora, según el documento avanzado por Diario Médico, teniendo en cuenta su naturaleza homeopática; es decir, demostrando su uso tradicional y no a través de ensayos clínicos como los fármacos industriales.

En resumen, que vuelve la medicina casi medieval e intuitiva, que pensaba que "lo similar se cura con lo similar", es decir que si el síntoma es ardor, el remedio debe ser algo que provoque síntomas o sensaciones similares, pero diluido al máximo (la dilución se llama potenciación y se considera que cuanto más diluido el principio activo, más potente). Finalmente, decir que el creador de esta corriente, pensaba que la enfermedad era un fenómeno espiritual o anímico (energético) y no causada por ningún agente físico concreto, y se mofaba (fuente Wikipedia, no soy experto en la materia) con argumentos como «¿Ha visto alguien alguna vez la materia de la gota o el veneno de la  (tuberculosis)?» . Décadas después, se demostraron que el urato monosódico y el Mycobacterium tuberculosis  son los agentes causales.

 

Tiene toda la lógica del mundo, que se busque soluciones imaginativas para abaratar los medicamentos (pastillitas de azúcar con una millonésima o menos de principio supuestamente activo). A la vez el estado recauda más, las farmacéuticas ahorran en investigación, los boticarios venden algo, vamos que todo son ventajas... La pena es que en vez de luchar por una medicina convencional (tradicional no, porque incluye innovaciones científicas y tecnológicas, lo cual no hace la homeopatía) de calidad, con tiempo suficiente para ser atendidos, con más medios, luchando por evitar una excesiva medicalización, etc., volvamos a prácticas supersticiosas. En otra ocasión me extenderé sobre los enormes riesgos de las medicinas llamadas alternativas y presentadas como inofensivas. 

 

Por supuesto, la nota musical no puede ser sino:

 

 

 

 

(Dedicado a Daniel Manzano Diosdado, físico, bloguero, escritor, autor del blog Manzanas Entrelazadas).


 

 

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